Los caballos son nobles y bellos, tan increíbles que es inevitable ,no amarles, no apasionarse con ellos.
Una semana más tarde cuando nosotros y casi todos se habían olvidado en parte del susto, volvimos ala cuadra acariciamos a Lucero, tenia dos compañeros más una yegua grande y fuerte para el trabajo y un caballo viejo para el carro y otras labores. Raquel ,mi prima quería que volviéramos a sacar el caballo de la cuadra y así poder montarlo otra vez, teníamos miedo y como vimos cerca al padre mi prima , dijimos que lo dejabamos para otra ocasión, y ese día nos qedamos acariciando a los caballos y pensar, que era lo que podiamos hacer para volver a montar a Lucero.,
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